Comentario
Los amplios territorios de Centroeuropa conocen una época de notable brillantez en todos los terrenos artísticos, como en la arquitectura. Esta es muy cambiante, según los momentos y los lugares, pero está entre la más original que entonces se hace. Existe, muchas veces, cierto conservadurismo, al tiempo que se inician empresas extremadamente arriesgadas.El período podía comenzarse citando a una dinastía de arquitectos de fuerte implantación, los Parler, de quienes el primero es Heinrich. Lo vemos al frente de una empresa que en modo alguno verá terminada: la iglesia de la Santa Cruz de Schwäbisch Gmünd. Pero es más importante su hijo Peter, desde muy joven al servicio del emperador Carlos IV. Este último había decidido construir una gran catedral en Praga y había encomendado la dirección al francés Mateo de Arras. La muerte, poco después, del maestro puso en manos de Peter Parler la importante obra cuando contaba veintitrés años. Lo más notable será el soberbio coro, continuado en el trascoro, en el que se le deben modificaciones al plano de Mateo en las zonas altas. Es curiosa la disposición del triforio en el que terminan los últimos arcos girándolos respecto a los demás y prolonga encima de ellos la misma idea, de modo que se disminuye una pequeña ventana inclinada en medio del enorme ventanal superior. Probablemente no fue mero motivo plástico, sino que se intentó una mayor entrada de luz en un edificio en que esto ya estaba muy cuidado. En efecto, el muro tras el triforio se encuentra horadado por ventanas.Se ha sugerido en qué medida pudo influir esta construcción en el ánimo de los duques de Austria que por entonces, y estamos aún el siglo XIV, comenzaron a remodelar la iglesia de San Esteban de Viena. Más adelante se convertirá en sede obispal, mientras las distintas intervenciones modifican su aspecto, hasta llegar en fechas tardías a la fachada, que se dota de una inmensa torre (iban a ser dos) terminada en aguda aguja. Parte de la remodelación tardía se debe a Antonio Pilgram que se hará autorretratar luego en el interior.Ya desde épocas anteriores en Centroeuropa eran frecuentes las llamadas iglesias-salón, también conocidas a partir del significativo término alemán, "hallenkirche", que siguen construyéndose. Algunas no sólo poseen las tres naves de altura igual o semejante, sino que apenas tienen arcos de separación de las naves, de modo que unifican aún más sus cubiertas. Como en ellas se busca un cierto espacio unitario también se procura, bien que la luz entre soportes sea amplia o que los mismos soportes sean poco gruesos. La iglesia de Freiberg en Sajonia es ejemplar en este sentido. Los soportes son prismáticos si bien se rehunden en curva cada una de las caras buscando un mayor efecto lumínico.En muchas de estas iglesias de salón se hacen muy estrechas las naves laterales. Una de las más impresionantes por dimensiones y por la búsqueda de altura es la de San Martín en Landshut, en la que intervino otro importante arquitecto, Hans Stetheimer, que se debió iniciar hacia 1389. Los soportes de separación son aquí simplemente prismáticos y alcanzan una notable altura en relación a su sección pequeña. Se quiso culminar en una torre gigantesca que se debió terminar ya hacia 1500. Mide 133 metros, pero no presenta la estructura calada buscada en Estrasburgo, San Esteban de Viena o Friburgo. De todos modos pone de manifiesto el interés en Alemania por levantar a una altura desmesurada estas construcciones.Un capítulo importante en esta arquitectura lo constituyen los grandes edificios del Norte, relacionados con importantes ciudades comerciales, más o menos vinculadas con la Hansa. Se usa allí el ladrillo como material de construcción con extrema frecuencia. Antes de este período ya se había comenzado la espectacular iglesia de Santa María en Lübeck. Quizás es aún más impresionante Santa María de Dantzig (actual Gdansk en Polonia). Aunque se comienza en 1343, en 1379 se cambia el plan en la zona de la cabecera convertida en iglesia de salón. Progresivas modificaciones transforman luego las naves. Es curioso el sistema de abovedamiento. Se conocen los nombres de los diversos arquitectos alemanes que trabajaron en ella hasta pasado el 1500.A veces, ciertos edificios anteriores renuevan o completan, como en otros lugares, sus fábricas. Así en Nurenberg, las iglesias de San Lorenzo y San Sebaldo construyeron cabeceras extraordinarias, sustituyendo otras anteriores. O en la catedral de Braunschweig se crea una iglesia dentro de la iglesia, correspondiendo al lateral derecho de la antigua la nueva con sus pilares torsos.En un país donde las ciudades tenían tal entidad y existía una sólida burguesía, era normal que se construyeran destacados ayuntamientos. Ocurrió incluso en lugares de menor entidad. Así se conserva el ayuntamiento de Gosslar, ya de fines de la Edad Media, con una bella y algo pesada sala cubierta con pinturas de inicios del siglo XVI. El más espléndido es el de Breslay, complejo con obras de diversas épocas y muy modificado.En el Imperio y Centroeuropa en general, el gótico caprichoso se mantuvo mucho tiempo después de 1500, mientras existía un cierto rechazo hacia el Renacimiento que debía venir de Italia. Más de uno de los edificios citados se concluye en el siglo XVI. Tal vez las formas más extravagantes en bóvedas, por ejemplo, corresponden a esos años.